viernes, 27 de noviembre de 2009

República de La Boca

Soy del barrio de La Boca.
En algún verano de 1994 0 95, teniendo yo unos 17 años, nadé en las sucias aguas del Riachuelo. Nos tirábamos desde uno de esos puentes donde hoy pasean turistas, en Puerto Madero.
Mi barrio mezclaba gente imposible de clasificar. Miserables, rastreros, ladrones malos y de buen corazón, hijos de buenas familias católicas, o boludos de vida acomodada.
Todos juntos, amontonados en grupos desprolijos y defectuosos, aunque casi siempre fieles a cierto codigo de amistad inquebrantable, respetado por cada participante, por aquel entonces. Lejos de cualquier división determinada a partir de los prejuicios habituales. Un universo inentendible hacia afuera, sostenido a través de relaciones complejas, al margen de toda normalidad.
Transas por todos lados, atendiendo al reclamo de la selección sub-20, excitada ante la novedad de las drogas y queriendo ser parte del asunto. Lo peor ahí nomas, con cientos de satélites barrileteando todo el tiempo, peligrosamente.
Yo era de los incondicionales, diciendo que si a casi todo, como correspondía.
A pesar de tal vocación, y a fuerza de varias palizas en contra, pase la prueba, eludiendo el camino difícil. Ese que mato en vida a varios integrantes de aquel grupo, condenandolos a alguna cárcel, o directamente, borrandolos del mapa para siempre.
Zafando de tales pronósticos temibles, acá estoy, declarando.
Convencido de mi suerte, aunque sientiendome ridículamente superior a esta gente que ame, cuando sabia ser mas inocente y menos calculador.
Porque de verdad yo amaba a esta gente y a mi barrio, incondicionalmente, cuando tenia 17 años. De una forma tan maravillosa como autentica, hoy imposible de reproducir.
De eso se trata. De recordar lugares y gente que determinaron el origen de la cuestion, y me permiten escribir esto, creyéndome dueño de una falsa experiencia, correctamente soberbio, a años luz de aquello.
Y que por mas tiempo presente confirmando que tenía tanta razón , que menos mal que no terminamos subiendonos a ese tren fantasma; ese amor de 1994, esa calidad superior y absolutamente sincera, en algún momento se perdió para siempre.
El mas absoluto amor, sin tanta vuelta.
Todo lo demás, a partir de eso, vendrá con defectos.
Hay una pelicula que me gusta mas que ninguna. En una parte unos de los protagonistas dice: "jamas volvere atener amigos como los que tuve a los quince años"
Hay que vivir con eso.

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