domingo, 22 de noviembre de 2009

Como en casa

Y si, viejo, hoy por hoy este asunto de la DROGA esta por todos lados. Una locura. Escucháte esta que me paso el sábado pasado. Estaba con Sandrita, tomando algo en el bar ese que esta en San Blas y Paparetto, tipo una, dos de la matina. Voy a mear al baño y justo esta saliendo un tipo por la puertita de uno de los inodoros. Me saluda y se para frente al espejo, limpiándose los restos de FALOPA que le habían quedado en el naso. Al terminar, me guiña un ojo y dice "Me siento como en casa en el baño del bar" "Buen titulo para una canción, o no master?". Yo medio que le sonrío, sacudiéndome la verga, algo incomodo. Sospechando que el flaco, ademas de FALOPERO, también podía ser PUTO, viste como son estos tipos."Nos vemos pa", me tira antes de abrir la puerta y salir EXALTADO. Yo me quede pensando, medio indignado, claro, pero que podes hacer? Es que es un desastre, ya ni siquiera les da vergüenza DROGARSE en cualquier lado, antes por lo menos se escondían. No puede ser, vos me entendés lo que te digo, algo hay que hacer con esto. Yo no se donde se vende DROGA, pero seguro que no debe ser difícil de conseguir, no? Seguro que no, y ahi esta el problema, la compran en cualquier lado.
Che Jorge, vos sabes mas o menos cuanto sale, que se yo, ponele, un gramo de cocaína? Ni idea? Y cuanto te dura el efecto, tampoco? No, por nada, me da curiosidad, viste? Noo, sos loco? Yo nunca, ni en pedo. Para quemarte el cerebro y quedar mogólico? Deja, gracias. A mi no me va esa historia, vos me conoces.
Pero posta, cuanto decís que te puede costar una DOSIS? Cien, doscientos mangos? Debe ser según el lugar donde la compran, o la calidad, anda a saber.
No seas boludo, dejame de joder. Es que me da intriga saber que le ven tantos ENFERMOS a esa PORQUERIA. A veces haces cada pregunta vos, me haces cagar de risa Jorgito.
Y pongámonos a laburar, que nos van a echar a la mierda.
Menos mal que es Viernes, esta semana se me hizo de goma, no doy mas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No me digas